La Comuna
El proceso de mierdificación de la coalición MORENA-PV
José Ángel Solorio Martínez
César García Coronado, es un pequeño pícaro victorense, que ha construido sus éxitos, en las cercanías con Eugenio Hernández Flores y Egidio Torre Cantú. Desde una modesta dirección en el Ayuntamiento de Ciudad Victoria, Tamaulipas, -a donde lo llevó Geño- hasta la rentable y jugosa delegación federal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en el estado de San Luis Potosí -en donde lo instaló su padrino Geño- amasó una grandísima fortuna.
De ser un jovencito oriundo de una colonia popular de la periferia de la capital de Tamaulipas, pasó a ser un potentado con propiedades en la Riviera Maya y en exclusivos fraccionamientos potosinos, pasando por departamentos caros en la CDMX.
Con el colapso del PRI, García Coronado buscó protección en el Verde. Sin ser un militante, se metió hasta la cocina; tanta influencia tiene con los verdes, que hace meses, el CEN lo envió como su representante en la lucha por la gubernatura de San Luis Potosí.
No lo hizo mal, a decir de sus compañeros de andanzas. (Se llevó con él a media docena de operadores tamaulipecos, para hacer ganar al candidato verde en el vecino estado).
Su error fue pedir ser ubicado en la estructura de financiamiento del candidato, el Pollo Gallardo. (Y cómo no: su familiaridad con grandes empresarios a los cuales les entregó millonarios contratos de obra pública federal desde su cargo de la SCT, lo convirtieron en un personaje de amplia convocatoria con esos magnates de la construcción. En palabras llanas: les pasó la charola).
Hasta ahí todo bien.
El candidato -hoy gobernador- le externó su admiración y agradecimiento.
Pero…
…desapareció una respetable cantidad de costales de billetes que debieron haber sido invertidos en la campaña pero fueron a engrosar la ya potente fortuna de César.
La resulta: César, salió huyendo de San Luis Potosí.
Quedó mal con el Pollo.
No con el Verde.
Ya anda en ciudad Victoria, en lo mismo: representando al PV y pasando a cuchillo a diversos financiadores. Inició con un grupo de farmacéuticos; ellos, dicen que les pidió 2 millones de pesos al mes para la campaña de su candidato tamaulipeco a la gubernatura.
La toxicidad de García Coronado, no la define su hermandad con dineros -algunos no tan limpios-; no, eso es lo de menos.
Lo que hace de César un aliado de alto riesgo, son sus vínculos mercantiles y demás, con sectores del panismo tamaulipeco.
Inició, tempranamente, el proceso de mierdificación de la coalición entre MORENA y el Verde para el 2022.
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