El Fogón
El aborto de coalición
José Ángel Solorio Martínez
El líder del Comité Directivo Estatal del PAN, Luis Chachorro Cantú, anda de mal y va para peor. Insiste en poner la carreta adelante de los bueyes. El guiño con el PRI, debió haber sido en la campaña pasada –se negó a sumar a la coalición al tricolor, llevando a la derrota a sus candidatos a alcalde al menos en cinco importantes municipios de Tamaulipas– como paso previo para la gran alianza del 2022.
Desdeñó la clientela electoral tricolor –que con todo y su achicamiento– es nada desdeñable, sobre todo en estos escenarios en donde el umbral del triunfo –o de la derrota– se ha acortado dramáticamente: Valle Hermoso, se definió por menos de una decena de votos.
Abrir los ojos de los beneficios de una coalición con el PRI tamaulipeco, hasta estos momentos es ingenuo y cándido. Y mucho más estólido, es pretender la articulación de un bloque anti-morenista con los cuadros locales cuando la disputa de las gubernaturas es cuasi exclusiva potestad política del CEN de los partidos.
Es decir: el Cachorro, no sólo es bobalicón…
…también es ignorante.
Pero las deficiencias cognitivas del Cachorro, no paran ahí.
De ninguna manera.
Siguen.
No sólo aspira a brincar al CEN tricolor; incluye su larga fe de erratas, el ninguneo del Presidente del CDE del institucional, Edgar Melhem Salinas. En efecto: el obtuso reynosense, lejos de reunirse con su homólogo para deliberar el cómo de la estructuración de la alianza, optó por negociar con la morralla priista.
(Esto se desprende de las declaraciones del riobravense, para desmentir al Cachorro sobre el adelantado acuerdo para enfrentar a MORENA e impedir su llegada al gobierno del estado).
Evidentemente, el PAN estará presentando a diversos cuadros del PRI que han sido beneficiados por los fondos de la administración estatal –los diputados locales, como Tino Sáenz y Copitzy Hernández, entre ellos– de forma generosa, como sus aliados y como el deseo institucional de la comunidad tricolor para sumarse al albiazul en sus deseos de repetir en la administración estatal.
Lo que se percibe, es que el PRI tamaulipeco llegará fracturado al 2022.
Es inevitable.
Los grandes compromisos de diversos cuadros tricolores con el panismo, los hará formarse en las filas amlofóbicas; sólo que en amplios sectores del institucional, ven como viable y saludable para su supervivencia, ir a lado del lopezobradorismo por la gubernatura.
En otras palabras: el tricolor, saldrá fracturado ante cualquier escenario; si va con el PAN, se escurrirán múltiples grupos a MORENA, y viceversa: si va con MORENA, se marcharán corrientes tricolores que tienen su alma y corazón azules.
La mala noticia para el Cachorro y el PAN tamaulipeco, es que un pacto operativo y funcional, es ir con un PRI monolítico. Si se alía con girones y fragmentos tricolores, será hacerle al tío Lolo: no les alcanzará ni para hacerle cosquillas al bloque que encabezará MORENA en la comarca.
Más claro: la ansiada coalición del PAN, PRI y PRD, se vislumbra ya como un estrepitoso tropiezo.
¿Qué manufacturan los zapateros?
Zapatos.
¿Qué crean los panaderos?
Pan.
¿Qué generan los dulceros?
Dulces.
¿Qué producen los fracasados políticos, como el Cachorro?..
–…
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